Mi pueblo

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Salida a Cenicientos

El Gato, Madrid-Cenicientos, salía de la calle Segovia, antes de llegar al Viaducto. Justo en la plaza de la Cruz Verde.

Toros de Guisando

Conjunto escultórico vetón que se ubica en el cerro de Guisando, en el término municipal de El Tiemblo, en la provincia de Ávila.

Iglesia de Cenicientos

La iglesia de San Esteban Protomártir de Cenicientos es un edificio gótico, construido a finales de siglo XV o a principios del XVI. Está situada en la plaza de la Iglesia. En 1983 fue declarada “Bien de interés Cultural”.

La Peña "Bubera"

La Peña de Cenicientos (1252m) es la cima de una minúscula sierra situada al Sur del extremo Este de Gredos Oriental.

La 'Piedra Escrita' de Diana

... sería el último monumento o resto antiguo del territorio vetón y del convento emeritense, cuya divisoria pasaría unos kilómetros más al E. de él.

TOROS DE GUISANDO




























Antigüedades de España. Toros de Guisando
Eduardo de Mariátegui
Antigua: Historia y Arqueología de las civilizaciones

En el obispado de Ávila y entre las villas de Cadahalso y de Cebreros, se alza
recostado en una frondosa ladera, á la falda de la sierra de Guadarrama, el exmonasterio de San Jerónimo de Guisando, tercero de su orden, erigido en 1375 por Fray Pedro Fernandez Pecha, con autoridad apostólica y reedificado en la segunda mitad del siglo XVI. No lejos de él, y á diez pasos del camino de Ávila, del que los separa una pared de piedra seca, se ven los famosos Toros
destrozados ya y casi hundidos en una viña que ha desaparecido y perteneció al propio monasterio; campo célebre en nuestra historia por ser en él donde Enrique IV y sus grandes aclamaron y reconocieron como legítima heredera del trono castellano á la augusta Isabel, el lunes 19 de Setiembre de 1468, aposentándose la princesa en la venta de Tablada, que ya no existe, y que estaba situada muy cerca y á la izquierda de los toros.
Fueron estos en un principio cinco, de los cuales se conservan hoy tres de pié, pero tan desfigurados que apenas se puede distinguir si fueron toros, elefantes u otros cuadrúpedos; son de piedra berroqueña y de una sola pieza con la losa ó plinto que los sostiene, sirviéndoles de peana, y que sólo conservan dos á la vista; están cuatro puestos en línea mirando á Poniente, y detrás del tercero parecen distinguirse los restos del quinto, que ya destrozado en el siglo XV
y confundido con las muchas piedras de la misma clase en que abunda aquel sitio, ha dado origen á que después muchos escritores, y entre ellos Cean Bermudez, no hayan hecho mención más que de cuatro monstruos. El primero de estos está de pié y le falta la espalda; á l m 67 de él se ve el segundo, caido en tierra ; rotos los piés y mostrando sólo medio cuerpo; y á 3 m 62 de este y separados entre sí la misma distancia, se hallan el tercero y cuarto de pié , ninguno
de ellos tiene cuernos y sólo el primero tiene cola ; sus dimensiones son unos 2 m 7 de longitud , 1 m 6 de altura sobre el zócalo y 0 m 8 de anchura en el lomo; casi es imposible averiguar su forma primitiva, desfigurados ya por las injurias del tiempo y de su remota antigüedad.
El examen detenido de estas masas de piedra tan mal esculpida, aumenta nuestra confusión, pues si bien la pezuña parece que ha estado hendida por su parte media, en ninguna cabeza se halla rastro ni señal de las astas; la forma general de la cabeza y cola del primero nos inclina á creer que en lo antiguo fuéron toros, nombre con que les designa siempre Cervantes y la historia, y con el cual nos conformamos en vista de que no tenemos ningún dato cierto que demuestre lo contrario.
Si hay duda sobre la figura que estas moles de piedra debieron afectar en lo antiguo, no la hay menos sobre el objeto con que fueron construidas: Diego Rodriguez de Amelta en su Compilación de las batallas campales, obra terminada en 1481, dice así al describir la batalla 22 de su segunda parte: «Que «después que Scipion el joven volvió á Roma, y después de su muerte, los es-
«pañoles se rebelaron contra los romanos, que por esta razón enviaron á Espada
un capitán llamado Guisando, que habiendo peleado contra los españoles
»en tierra de Toledo, y cerca del lugar llamado Cadhalso, y habiéndoles ven-
»cido, hizo, para memoria de esta victoria, cuatro estátuas de piedra, á quien
«en su tiempo daban el nombre de Guisando.» No hay necesidad de detenerse
á refutar semejante opinión, pues con advertir que el nombre de Guisando es
de inflexión goda, mal podía ser el de un capitán romano.
El bachiller Juan Alonso Franco, célebre anticuario del siglo XVI, ocupándose
de este mismo asunto, dice entre otras cosas lo siguiente: «Como uno, por su
»letrero, se conoce que se dedicó á la victoria de César sobre los hijos de Pom-
»peyo, y el sitio donde fue esta es Andalucía: como el mismo diga que allí
»donde está es el campo Bastetano; y como exprese que es dedicación dé los
»Bastetanos otro, y se sepa que este campo y este pueblo fueron en Andalucía,
»por eso muchos han imaginado que estos toros se hicieron y estuvieron pri-
»meramente en dicha provincia, y que después un rey moro, para mostrar su po-
»der, con máquinas y gran copia de gente los metió España dentro, y los co-
»locó donde se hallan, siendo entre otros de este parecer Rasis, en la historia
»que hizo de Andalucía, y D. Lorenzo de Padilla, curioso arcediano dé Ronda.
»Mas Ambrosio de Morales, según se advierte en una nota de su puño, puesta
»aquí en este libro, dice que los Toros son tan valientes piedras, que es cosa de
»burla pensar que se movieron tantas leguas como hay desde allí á Andalucía, y más
»sin motivo alguno; y Antonio de Nebrija afirma que como hubo pueblos Basteta-
»nos en la Bética, los hubo igualmente en la España Citerior, y que de ellos debían
»hablar estos toros. Además, aunque la principal victoria de César fuese en An-
»dalucía, en Munda, también por Orosio, libro 6.e, capítulo XIV, sabemos que la
»guerra y el ejército Pompeyano, no se acabaron hasta que Cesonio, legado de
»César, venció no léjos de Lusitania; y de esto debe hablar el último toro, lo
»cual no sucedió en Andalucía, sino en la Citerior, no lejos de Lusitania, como
»es dónde se hallan los toros. Los letreros de estos dicen:
»1.° Caecillo-Metello-consuli-H.victori.
»2.° Exercitus victor-hostibusfusis.
»3.° Longinus-Prisco-Caesonio-f. c.
»4.° Lucio Portio-ob provinciam-optime administratam-Bastetani po-puli-f. c.
»5.° Bellum Caesaris et patriae mag-na ex parte con-fectum est-s et Gu. magni-
»Pompey filis-hic in Baste-tanorum agro-profligatis.»
Pero de estas inscripciones, falsa base de las hipótesis anteriores, sólo se
conserva una abierta á cincel en el costado derecho del cuarto toro, tan profunda,
que á haber existido, las demás se conservarían en nuestros dias. De ella
es copia inexacta la tercera que da en su libró el Br. Franco y que en el original
dice así:
LONG. INVS.
PRISCO. CAIA.
ETI :: PATRI. F.
C.
De las demás sólo se sabe que en la celda prioral del monasterio existían en
el siglo XVI unas tablas enceradas que decían ser copia de las inscripciones de
los toros, pero nadie vió los originales ni hay conformidad del sitio donde estaban
grabadas, diciendo unos que lo estaban en el costado derecho, otros en
ambos lados, no faltando también quien opine que se veían en el espesor del
plinto. La verdad es que semejantes inscripciones no han existido nunca, fundándonos
para asegurar esto, no sólo en lo que llevamos expuesto, sino en la
opinión del sabio D. Antonio Agustín, arzobispo de Tarragona, que tenia por
apócrifas las cuatro inscripciones, calificándolas de fingidas y supuestas por
Ciríaco Anconitano; también el crítico P. Sigüenza, voto de mayor excepción
en el caso presente, se adelanta á decir: «Que las inscripciones de los toros le
«parecen no muy auténticas, como otras muchas de que está lleno el mundo, y
«en España no hay pocas.»
No nos es fácil averiguar el destino que tuvieron estos monumentos en su
origen, aún después de haber desechado por faltas de fundamento las opiniones
anteriores, y vacilamos entre creerlos construidos en memoria de alguna
hecatombe ó sacrificio, ó mejor como piedras de término regional, sobre una de
las cuales dedicó Longino á su padre Prisco Calectio la memoria que aún se
conserva. En esta última hipótesis su construcción debe ser posterior en algo
al año 27 antes de J. C., en que se reformó la división del territorio español
bajo el consulado de Augusto. Siendo entonces una misma la división civil y
la religiosa que ha llegado hasta nuestros días, tenemos un dato bastante seguro
para robustecer nuestra opinión en la coincidencia en estos sitios de los
confines de la diócesis de Toledo, Ávila y Segovia, y por el mismo hecho confinaban
aquí la Bética, Lusitania y Tarraconense, siendo también este sitio limítrofe
de los Arevacos y Bacceos, Carpentanos y Vettones; y de ello hay una
prueba en una piedra que estaba á menos de seis leguas al Norte de los toros
y en el puerto de la Palomera, en la cual había según Masdeu la inscripción
que entre las suyas lleva el número 813, y dice:
Hic est Tarraco et non Lusitania
Hic est Lusitania et non Tarraco.
En Coca, Villatoro, Ciudad-Bodrigo, Ledesma, Salamanca y en varios otros
puntos de la Península existen más de trescientos monumentos de esta especie,
representando elefantes, toros y jabalíes. En Segovia se ve un toro y dos jabalíes
de piedra casi informes y muy gastados por su gran antigüedad. En Ávila
hay once entre osos, toros y jabalíes, destrozados, por haberlos gastado el tiempo
y por la incuria en conservarlos; en uno de los más pequeños, se lee la siguiente
memoria:
BVRR.
MAOLONIS.
F.
Y por último, en Durango existe otro monumento llamado en el país Miqueldico,
sin inscripción ni letra alguna, pero sí con un disco entre los piés.
Todas estas obras son romanas y no cartaginesas, como algunos creen, pues
en ninguna de ellas se descubren caracteres púnicos, y sí por el contrario en
muchas se ven inscripciones romanas.
E. DE MARIÁTEGUI.

Diccionario Toponímico y Etnográfico de Hispania Antigua



Autor: Julián Rubén Jiménez González
ISBN: 84-95673-02-9
Editorial: Minor Network, S.L. (2004)


Un buen libro escrito por un corucho. Las tribus y ciudades, santuarios, dioses y caminos, ríos, bosques, gentes y lugares que ocuparon nuestro mismo espacio, que dejaron huella, que tuvieron nombre.

Huellas y nombres que figuran ahora recogidos y ordenados en este Diccionario Toponímico y Etnográfico de Hispania Antigua, premiado por la Real Academia Española, y que aspira a convertirse en manual de uso para lectores curiosos, estudiantes o especialistas.
Sus entradas, documentadas por los clásicos o la epigrafía, ofrecen una vasta información sobre ciudades y tribus del entorno, jurisdicción romana, economía y lengua, deidades, episodios y personajes históricos.

LAS YEGUAS PREÑADAS POR EL VIENTO


«ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD: LAS YEGUAS PREÑADAS POR EL VIENTO» por Alicia Canto, Depto. de Prehistoria y Arqueología

Uno de los más célebres mitos relacionados con la vieja Hispania fue el de las yeguas lusitanas a las que fecundaba el viento; mito que fue muy popular en la Antigüedad, a pesar de transcurrir en un finis terrae europeo.

Consiste en la creencia, o más bien en la afirmación (pues para los antiguos el mito, a diferencia de la fábula, es una vera narratio), de un hecho tomado como cierto: En las cercanías de Olisipo (Lisboa), del río Tajo y del cabo da Roca, las yeguas, volviéndose hacia el Océano, esto es, hacia el Occidente, podían ser fecundadas por el viento del Oeste, el Zephyrus griego (Favonius romano), un viento reconocidamente cálido y vivificador. Preñadas así por un dios, parían potros velocísimos pero de corta vida.

Gracias a algunos detalles de dos buenos conocedores de Hispania, Varrón (el mayor sabio romano, muerto el año 27 a.C.) y el hispano Columela (hacia 45 d.C.), sabemos que la zona elevada donde ello ocurría estaba sacralizada, y desde el gran Leite de Vasconcellos (1905) hay acuerdo en que sería el actual “Monsanto”, donde ahora existe un bello parque natural.

El mito es referido con distintos detalles por diecisiete escritores antiguos, desde Homero en la Ilíada (siglos IX-VIII a.C.) hasta autores cristianos del siglo IV-V d.C. como Lactancio y san Agustín, pasando por tratadistas tan serios como Aristóteles, el propio Plinio el Viejo (que lo rememora en tres ocasiones) o Claudio Aeliano en su De natura animalium. Pero, a pesar de estos testimonios antiguos, la crítica histórica moderna lo ha venido considerando “un bulo” o, cuando más elaboradamente, como expresión ambigua de una estructura social de tipo matriarcal y origen griego.

En una investigación recientemente presentada en un congreso internacional he intentado acercarme a esta famosa leyenda desde una perspectiva menos escéptica, con el triple objetivo de tratar de identificar la raza concreta a la que se refería el hecho, ensayar una vía nueva de aproximación teniendo en cuenta los avances en los campos de la Biología Animal y la Genética (esto es, intentando averiguar si tras el mito podía esconderse alguna realidad biológica), y poder reivindicar de paso la inteligencia y la credibilidad de nuestras fuentes grecorromanas, a menudo minusvaloradas.

Mediante comparaciones arqueológicas de las representaciones de caballos, en pinturas (por ejemplo en Mérida), o en mosaicos (sobre todo de la gran mansión romana de Torre de Palma, cerca de Monforte) con las actuales razas luso-españolas, es en efecto posible proponer que las razas en cuestión serían la “Garrana” o la “Sorraia”, las más antiguas de la Península Ibérica según los genotipos de H. Oelke; esto confío en que se pueda comprobar mejor cuando el Centro de Biología Animal de la Universidad de Lisboa amplíe a los restos équidos procedentes de excavaciones su estudio ya en curso sobre el DNA ancestral del Equus caballus en la Península Iberica.

En segundo lugar, al acercarme al fenómeno (muy frecuente en plantas) de la partenogénesis, desde el punto de vista de la Genética moderna –un mundo para mí enteramente nuevo–, me he tropezado con una asombrosa proteobacteria que está en los últimos años de rabiosa actualidad: la Wolbachia, bautizada así por el nombre de su descubridor, en 1927. Su genoma acaba de ser publicado (PLoS-Biology, March 2004) por el prestigioso investigador Jonathan Eisen, de The Institute for Genomic Research de Rockville.

De esta proteobacteria, un endosimbionte, lo que más me interesó, a los efectos de la explicación de nuestro mito, es su papel de “clonadora natural”, y su asombrosa capacidad para trastornar el sistema reproductor de su huésped –donde ella se aloja–, desde la feminización de machos genéticos a la generación asexual de las hembras o, en algunos casos, la degeneración y la muerte prematura del huésped. Por ahora sólo está probada su presencia en algunos tipos de peces, insectos (como drosófilas, mosquitos, avispas y abejas), lagartos y gusanos, nematópodos y artrópodos. Pero ya se busca la posibilidad de hallarla en mamíferos (cf. T. Kono et al., Nature, 22 April 2004), y de hecho un genetista de primera fila consultado me ha confirmado que no ve una razón para que la “Wolbachia”, u otros microbios similares, no puedan existir en mamíferos. Según J. Knight (Nature nº 412, July 2001): “As interest in the bacteria explodes, strains of Wolbachia that are in the process of being incorporated by their hosts may be among the evolutionary treasures waiting to be discovered”.

La aplicación de estas modernas vías de estudio genómico pemitiría mantener como hipótesis de trabajo que algunos grupos equinos lusitanos pudieran haber conservado en su seno, residualmente, una infectación por la Wolbachia u otra bacteria parecida, dando lugar a la procreación de las yeguas sin intervención del macho. Por falta de una explicación racional en la ciencia de la época, el hecho acabó convirtiéndose en un mito, en el que el papel generador se atribuía a un “dios del viento”. Con todo ello por fin se alcanza también el tercer objetivo del trabajo, que era restaurar el buen crédito de nuestras fuentes literarias antiguas.

Quizá esta metodología combinada, aplicada a otras famosas leyendas, nos ayudará a entender mejor, o incluso a detectar, otros prodigios de nuestro pasado remoto que actualmente se siguen considerando como fantásticos.

*****
Nota.- El reciente hallazgo en Turquía de un gen recesivo en humanos es de mucho valor para explicar la transición humana de la cuadrupedalidad a la bipedalidad, pero a mí me interesa mucho porque es un excelente paralelo en mamíferos para mi hipótesis de explicación genética del hasta ahora considerado "mito" de las yeguas lusitanas, arriba expuesto.

La Tumba de Viriato



Los portugueses la situan en la sierra de san Pedro, no en la sierra de la Estrella como se habia dicho tradicionalmente. Los españoles en la sierra de Gredos, en el Monte de Venus,al norte de Talavera.
¿ Como te imaginas un enterramiento de un general vettón?¿Qué ofrendas tendría? Sus armas amortizadas, su "viria", su cinturón,su fíbula de torrecilla,su casco...Tenemos que buscar esa necrópolis.
El campamento de su asesino Servilio Caepion está muy cerca del Tajo...y Viriato no estaba muy lejos cuando Audax, Ditalcon y Minuro planearon su muerte con Servilio, pues pronto regresaron para cobrar su fechoría y fué cuando Servilio les dijo:"Roma no paga traidores".


Otros autores hablan del Mons Veneris con forma de mujer tumbada, situado entre la sierra de San Vicente (Toledo) y el cerro Guisando….¿Cenicientos?.

Aunque podemos dejar volar nuestra imaginación, Apiano narra los funerales de Viriato, según este autor fue incinerado.

La Cruz de Plata




En las actas de defunción de los primeros años de 1600 se consignan como muchos de los fallecidos pedían que se les enterrase con la cruz de plata, lo que prueba que la actual cruz, orgullo del pueblo, es de hace bastantes años.

La fecha fija en que la parroquia la adquirió no se puede dar; pero lo que si se pude decir que existía ya mucho antes a 1569. Porque para esta fecha tenía ya deteriorado el pie y hubo que entregarse a Miguel Flores, platero de Escalona, para que lo reparase

La fábrica de la Iglesia


(Del libro Cosas que fueron) La actual iglesia del pueblo sé debió construir en él siglo XVI. En los libros de cuentas de la parroquia, correspondientes a esta época, hay, descargos de haber pagado transporte de piedra y madera para la iglesia, así corno el aserramiento y la clavazón de esta última; pero hay un descargo que habla mucho más claro; diciendo que en 1564 se pagó un a cantidad en reales y maravedís por los materiales y mano de obra del último cuarto de la iglesia. La madera, según se puede deducir se trajo del “Hoyo", lo que si es cierto, corno consta por una nota marginal, es que la regaló el Marqués Señor de Escalona. Quien fuese el maestro q le dirigió las obras no he podido saberlo; pero lo que sí he podido averiguar ha sido los nombres el maestro carpintero que hizo las puertas , del entallador y pintor del retablo, El carpintero se llamaba Ocaña y ejecutó las puertas en el año 1569. El tallado del altar mayo r que desapareció en el 1.936, lo efectuó Diego de Velasco, ajustado en 400 ducados, el estofado, dorado y pintura estuvo a cargo de Juan Correa de Vivar, cobrando por ello 450 ducados.En 1610 el Obispo de Troya, aquel que obligó a afeitarse el bigote a Lope de Vega, consagro la campana grande de la torre dándola el nombre de San Esteban

La Virgen del Roble


(Del libro "cosas que fueron")

Solamente he podido encontrar una persona en el pueblo que supiera con algún detalle la aparición de la Virgen del Roble, según ella, la oyó; hace ya mucho tiempo, fu é a sí: «Vaya usted a saber cuantos años hará: dice que este pueblo n o estaba donde hoy esta, si no en lo que actualmente es ”'E l Encinar”, que era un monte muy cerrado y los vecinos un buen día ae echaron la manta hombro (como me lo contaron lo cuento) y salieron en busca de un lugar más libre de malezas y llegaron al sitio que hoy ocupa y les pare cio bueno par a lo que ellos pretendían y t trasladaron sus viviendas y aquí seguimos viviendo por el capricho de aquellos , buenos señores. El pueblo entonces no se llamaba como hoy se llama sino San Esteban de la Encina, que después se cambio por el de Cíen y Cientos debido a que un alcalde del lugar le dijo al Rey que el puesto estaba dispuesto a dar, no cien soldados que pedía, sino cien y cientos. A poco de este traslado, los naturales de Talavera de la Reina prometieron regalar una imagen de la Virgen del Prado , que se venera en esa ciudad, al pueblo que mayor número de mayordomos diese para solemniza r sus fiestas; y habiendo sido el nuestro, le correspondió traerse la imagen prometida y aquí se le dio culto hasta el tiempo o de los moros que hubo una guerra y las gentes del pueblo tuvieron que escapar y abandonarlo todo; pero antes ,de huir ocultaron en el tronco hueco de un roble y lo taparon después con hojas secas dejándolo muy “apañadito”. Cuando aquello pasó volvieron los vecinos; pero ya no se acordaban de donde habían, escondido a su Virgen, hasta que unos pastorcillos, que estando cuidando sus ovejas se pusieron a recoger leña, para hacer leña porque tenían frío y empezaron a hurgar en el tronco de un roble viejo apareciendo la imagen tal como la habían puesto cuando la escondieron. Corriendo los niños a avisar al pueblo del hallazgo y en masa acudieron todos los vecinos. Hasta aquí es la referencia que me hace la persona a que al principio hice alusión; sin embargo, apoyándome en otra tradición recogida y en el cuadro de la Virgen del Roble que en casi t odas las casas de los vecinos del pueblo se encuentra, no la creo probable. Esta otra tradición a la que me refiero, dice que habiéndose traído los naturales de Cenicientos a Ia Virgen a la, Iglesia Parroquial, al día siguiente quedaron sorprendidas viendo que no es taba; acudieron entonces al sitio donde se había aparecido allí la encontraron, hicieron un nuevo intento y torno la Virgen a marcharse, entonces la Virgen les manifestó el deseo de que en aquel lugar se le levantase una ermita en donde se le venerara y así se hizo. EI cuadro dice al pie, copiado literalmente: “V e r d a d e r a imagen de Nuestra Señora del Roble, que se venera en la ermita de su advocación en la Villa de Cenicientos, litografiada a devoción del Muy Sr. D. Luis de Garcini y Castilla, señor de Zarzuela, Caballero profeso del Hábito de Santiago, Brigadier de Infantería de los Ejércitos nacionales y mayordomo de semana de S. M. E I Eminentísimo Sr .Cardenal Arzobispo de Toledo , Primado de las Españas , ha concedido cien días de indulgencia a todos Ios que devotamente rezaren una salve delante de esta sagrada imagen. " Representa est e cuadro a Virgen subida en un roble con la silueta de la ermita a la espalda; esta representación parece estar; completada con las medallas que todavía existen de tiempos atrás , en las que se ven unos pastorcillos con sus ovejas puestos de rodillas con las manos juntas, dirigiendo su mirada atónita a un imagen sobre un árbol que tienen delante. La medalla, el cuadro y la tradición puesta en segundo lugar, acusan un hecho extraordinario, mientras la tradición primera no arguye más que el vulgar encuentro de una cosa perdida. Para excluir del todo la primera tradición habría que ver si la imagen de Nuestra Señora del Prado se representa sobre un árbol o no, caso de no representarse así, no podría admitirse que la del Roble fuese una derivación de la del Prado, supuesto que nuestra Virgen siempre se ha representado de pie o sentada sobre el tronco de un árbol.

OBJETOS DE VALOR QUE TUVO LA PARROQUIA




(Del libro "cosas que fueron")

En la visita hecha a esta Parroquia en 1706, el señor visitador , don Domingo Echevarría,manda que se haga inventario,de lós bienes dela iglesia e inmediatamente pone en ejecución la orden el entonces Cura Párroco : Escudero de Velasco , Entre los objetos que figuran en el inventario, se mencionan :Una cruz de plata, con su manzana, sin faltarle pieza alguna. Una custodia del mismo metal , sin dorar; el pie de la misma con seis campanitas, cuatro chavetas doradas, seis columnas, cinco ángeles pequeños y su torrecilla, con un Niño Jesús en medio, su cubierta de relieve, una crucecita por remate y el mástil donde entra el viril, todo ellodorado, el Viril con sus vidrieras y una media luna con capacidad para que entre én ella el Santisimo además de su clavito pasador de plata.Cuatro cálices: de lo mismo dos; y de los otros dos, uno dorado todo él y el otro con un letrero de letras antiguas alrededor de la copa, cada uno con su patena sobredorada por la parte de arriba. En esta misma relación, como objetos ,de plata, figuran, también: un copón; una caja para llevar e lViático a los enfermos, unas vinageras con una libra de peso,un incensario con cadenas naveta y cuchara, un vaso con pie de plataun portapaz,las crismeras y dos coronas, una de la Virgen del Rosario y la otra de la Concepción. Hay otra corona cincelada del mismo metal adquirida en 1720 para Nuestra Señora de Piedra Escrita. En el mismo inventario hace mención de tres lámparas de azofar, unagrande y dos pequeñas, señalando el lugar que ocupaban en la iglesia. La primera junto al altar mayor, y las otras, una junto al altar del Santisimo Cristo, y la otra, junto al altar de la Concepción. Por la relación de cruces que hace el citado documento habia en esta parroquiacuatro altares, además del altar mayor, porque dice que había cuatro crucespequeñas del mismo metal que el de las lámparas, una por cada uno de los altaresy otra grande que servia al mayor. Además de estas cruces había otras dos más que debían ser las de más mérito;pero ya en aquel entonces bastantes deterioradas; había una de nogal labrada,de tamaño pequeña, tenía embutida algunas reliquias de Santos y el pie erade ebano, y la otra era de bronce sobre madera con cuatro chavetas y dos torrecillasal pie. Y continua el citado escrito haciendo mención de otros objetos de la iglesia y las ermitas, siguiendo con la relación detallada de ornamentos, manteles, paños, etc, para el culto, lo que demuestra que la Parroquia estaba bien surtida, pero a pesar de todo era pobre. porque los materiales de que estaban confeccionados los dichos ornamentos,eran muy corrientes.Existían también en la Sacristía varias pinturas ,dos en tablas y otras dosen lienzo, las tablas representaban una, el Cristo del EcceHomo;la otra a la Virgencon su niño, unos angelitos y la cruz ; y los lienzos representaban, uno, A Nuestra Señora de la Soledad , y el otro, el descendimiento de la cruz;, Había, además, un crucifijo muy pequeño con la efigie de marfil y la cruz de ébano, uno de los brazos lo tenía roto.

CENICIENTOS LA PESTE 1598 (IV)




0tros con el Santisimo Sacramento y Extrema Uncion y por otra parte los capellanes enterrando y por otra parte la justicia acudiendo a necesidades y aoudiendo tambien a prevenir lo necesario a cada cosa,de manera que pocos o ninguno morian sin llevar y gozar de todos los sacramentos que como a buenos cristianos Convenian,y todos asi eclesiasticos como seglares, con un fervor y amor que parecia que cada uno quería poner en sus entrañas esto a quien quiera veian padecer.Mas luego quiso la majestad divina que porque mas sintiesemos la gravedad de nuestras culpas,nos fuesenfaltando algunos de-estos caritativos y bienhechores que a los dos beneficiados iriro luego la henfermedad inclemente,habiendo ya muerto los dos Sacristanes(Era el uno de los benficiados Francisco Martinez Navarro,que entro en lugar de Pablo Gonzalez Haceria seis meses ).Luego murio el Padre Antonio Gonzalez,exemplo de bondad y virtud. Ya el Cura estaba con unas tercianas terribles,demas de que habia mucho tiempo estado indispuesto y no hubiera corazón empedernido mas que piedra, que no se ablandara viendo que una Iglesia, que de ordinario tenia seis Sacerdotes y dos sacristanes y verla ya sin ninguno ni quien pudire decir misa ni a un Ministro que la ayudase, que de muchedumbre de niños que ayudaban en la Iglesia no quedo más que uno de hasta diez años en quien quedaron las llaves y servicio de la Iglesia. Luego fué muriendo y adolesciendo la Justicia: murió el Alcalde y un Regidor;Y los otros dos ,el uno estuvo a la muerte y el otro muy mal.El(Curaniendo?),digo el medico,ansi mismo (Que era el Licenciado Crispulo Avarez) ansi mismo estaba a la muerte y habia muy pocos con saluz ni quien nos cudase ni regalase ni quien entarrase los difuntos, por que, aunque a los enterradores los pagaban muy bien su trabajo y de cada muerto le daban cuatro reales no duraban mucho,que luego lo pagabanpor ello hacian Sepulturas en Ntra Sra del Roble y en la Magdalena que cabian quince y otras de dieciocho y otras de veinte cuerpos y de los que ya no cupieron dentro enterraron en los aldededores y cimenterios de las Ermitas y dentro de huerto de la Ermita y al pie de la Cruz que esta antes de llegar alla. Pues viendo el Cura que no habia níngun Clerido Que Sacramentase,por estar caidos y muertos, se levanto y sacando fuerza de flaqueza, iva de calle en calle sacramentando y consolando y animando y favoreciendo con todo amor y ánímo , que mas parecia milagro que otra cosa con todo el grandisimo trabajo y cansancio y por su salud le forzaba a no poder hacer todo cuanto quisiera.Pues ya que Dios fué servido que nuestros trabajos y miseria estuviesen puestos y levantandos en su punto,llego el dia de la Gloriosa Santa Ana y para aqueste dia se habia traido su imagen de Toledo con la que algunos que llacian convaleciendo y los pocos que no habian caido hicieron una procesión con la Inagen.Y ya que el Cura habia tornado a caer iba ya condesciendo (firmar ?) uno de los beneficiados,quiso la majestad de Dios que bajando el numero de los difuntos y callendo menos enfermos y muchos convaleciendo de manera que al fin del mes de Julio y principio de agosto ya no morían si cual a cual. Pues ya viendo que nuestro Señor era servido de mjrarnos con ojos misericordiosos y que la salud que tanto tiempo habia faltado volvia triunfando y consolados con que los que Dios nuestro Sr. habia llevado estaban gozando de la Divina providencia segun la gran contrición de todos generalmente mostraban ;que cierto que a los mas o casi todos los que ni reclblr el Santisimo Sacramento que fuerm muchos por que (servia?) de sacristan, a causa de haberse muerto los que habia hasta que yo tambien vi que se ponian de rodillas puestas las manos y con tantas lagrimas que parecia que se les arrancaban las entrañas de mal. De que cuando comenco la mas prisa procuramos todos ganar el Jubileo plenisimo que nos habia inviado Su Santidad habiendose reconciliado y perdonado y confedado unos a otros,Todos con gran alegria, en pudiendonos tener en pie ibamos a dar Gracias a Nuestro Sr. y a su Santislma madre a donde llegandose la fiesta de su Gloriosa Asuncion,se ordeno que se celbrase como otros meses y mucho mas si ser pudiese y se corriesen lOS toros y se diese la Caridad como se acostumbraba, la cual se ordeno que por estar la Imagen de Ntra Sra, de Roble en la Iglesia desde la procesion arriba dicha y las ermitas estartan llenas de cuerpos,se diese en la Sangre alos de --ilegible------fiestasta con mucha alegria.
--ilegible--go que fue Dios servido que el pueblo fuese con salud,se fueron recojiendo los frutos que por su causa se habian perdido muchos, por que los pan--ilegible--,se quedaron muchos por segar por no haber quien los segase ni dueños que procurasen y ansi mismo los linos se perdieron en los linares por no haber lien los cogiese ni quien guardase los ganad0s y, como no habia pastores que los guardasen, hiceron grandisimos daños en todos los frutos, por que ninguna cosa habia guardada.Finalmente,todas estas cosas ya reducidas a buen proceder poniendolo todo en sazon y buen huso, se provello de justicia por la que faltaba por cumplir el año,y se fue el lugar lo mejor que se puso y casandose los viudos y viudas y en tal manera que habia dias que se publicaban dieciseis y dias de mas deeposorios, todos con mucha alegria,aei cama cuando loe navegantes que, escapados de una gran tormenta adon los mas perecieron y ellos se escaparon en salvamento. .Plega a su divina Magestad que ya que por ahora nos dejo aca,tenga por bien de nos su gracia',poniendo por intercesora a la Gloriosisima Reina de los Angeles, Virgen y Madre de Dios, para que estos pocos diae que vivieremos los empleemos en su santisimo servicio AMEN.
El número de los difuntos no pongo por que no esta acabado de verificar. Solo que a mi parecer, son· por todo el tiempo dicho mas de mil y ciento y por no ser mas enfadoso nO escribo mas. Que si las cosas que hay. que decir de consideración hubiera describir en todo este libro no cupieran•

CENICIENTOS LA PESTE 1598 (III)


taba el procurador de la villa de Almorox, que se llamaba Antonio Patio y allí tenia puesto el dinero y lo demás en una piedra que esta junto a la dicha colina. Y, apartado de nosotros hasta treinta pasos, nos ofreció en nombre de la dicha Villa todos cuantos regalos hubiésemos menester.

Nosotros, llenos de lagrimas, dimos muchas gracias a nuestro señor, porque aunque otro día antes, después de haber enterrado a un sacerdote, que era un espejo en que todos nos mirábamos por su bondad y llaneza y cristiandad con hartas lagrimas y tristeza le acompañaron todos cuantos hubo con salud así grandes como pequeños y luego que se hizo el entierro del clérigo el buen padre Pedro Ramos, Cuyas virtudes ya tengo dichas, comenzamos un llanto tristísimo, haciéndonos en buen cura una platica según que otras, los mas días acostumbraba con un entrañable amor del cual procedía en sus ojos dos arroyos de lagrimas, dijo:
hijas míos y amigos, como por nuestros pecados nos castiga Dios, no según merece la gravedad de nuestras culpas mas como padre misericordioso, conviene que pues así es, considere cada uno que hay la muerte a un lado y que, cuando mas dificultado este, le arrojara en la sepultura y venos que Dios nos va llevando los amigos vecinos y hermanos, Y que hoy por la mañana estaban buenos y que por la tarde los vemos puesto debajo de tierra y que vemos que los lugares convecinos nos desechan y los amigos particulares de. ellos nos niegan y todo nos falta y no Io hayamos ni nadie nos lo da ni nos quieren oír ni ver bien.
Parece que nos lo merecemos lo que resta es que alcemos los ojos al que nos crio y nos redimió: nos enviara el consuelo cuando vea que es menester. Estas y otras muchas cosas mas decía; siempre que hayaba alguien, lo decía; y luego dende a dos días quiso Dios que se acordase Almorox de regalarnos coma dicho tengo de mas de que hicieron procesiones y prerrogativas a nuestro señor con misas y oraciones suplicándole nos diese salud, prometimos de ir los que quedásemos a nuestra señora.de la piedad que esta cerca de la dicha Villa con una, procesión y muy solemne a darla gracias a la Virgen Santísima. Después de esto, y .recibida la limosna, que envió Almorox, y repartirla a los pobres y que todavía no cesaba de morir mucha gente y con mas prisa que hasta aquí, pues unos días se enterraban doce, otros quinde, otros veinte y días de veintidós y que este numero era sin bajar de esto todos los días del mes de julio y junio suyo dicho, su excelencia el marques de Villena aunque Se fue de Cadahalso y se retiro a Belmonte el viendo lo que pasaba en su tierra no se olvido de nosotros, que a los pocos días ,nos socorrió con quinientos reales que diesen a los pobres y el cardenal y Arzobispo de Toledo Don Bernardino de Rojas mi señor, que en aquel tiempo había tomado la posesión del Arzobispado pocos días antes también nos socorrió con mil reales con esto se hiba arreglando a los pobres con regalos con quien el cura y clérigo y justicia a si con ellos como con los demás tenían el cuidado posible y a veces haciendo mas de lo que podían que cierto era cosa maravillosa.
Y por una parte iban cura y beneficiados unos confesando y

CENICIENTOS LA PESTE 1598 (II)


Los mas ansi hombres como mujeres y niños iban descalzos llorando y clamando a Dios nos mirase con ojos de misericordia. Hizose esta procesion a fin de Junio. Todavía el justo Juez viendo que nuestras culpas y pecados merecían innumerables castigos quiso como padre de misericordia (moderar) moderarlas con mostrar un poco el rigor de su justicia, no quiso que cesase, antes permitió que la dolencia y enfermedad fuese mas adelante, de tal manera que a poxos días ya no había padres que pudiesen valer a los hijos, ni hijos a padres, ni marido a mujeres y niños, ni mujer a marido, ni hermanos a hermanos ni vecinos a vecinos , todo era lloros, todo era gemidos todo confusión y más que el amor no valia, porque por mucho que tuviese con el enfermo nadie no osaba a llegar a valelle ni curalle.

A los difuntos no había quien los amortajase ni enterrase. Llenose la iglesia de una parte a otra de cuerpos y ya que no cupieron mas •en la iglesia enterraron en el cimenterio Solo se procuro que de las puertas abaxo no se enterraran, ya que en el cimenterio no cupieron mas se llevaron a nuestra Señora del Roble y a la Magdalena , hasta este tiempo que he dicho, que es fin del mes de junio.

Poniase todo el cuidado posible en que no se supiese por la comarca, porque no nos dejarían salir del lugar ni comunicar con lo pueblos, principalmente con Toledo que a los tratantes en lana, que a la razón había muchos, no dejaban entrar a vender su ropa ni a otra persona alguna y puestas muy graves penas, contra el que se atreviese a entrar, Crecía en tal manera la lastima y con ella la fama que a pocos días no solamente nos impedían la entrada más en Madrid y en Escalona y en toda la tierra y comarca y donde quiera que llegaba la noticia de la ruina y destrucción de este pobre lugar pues viendo que por mucho que se quería disimular nuestra desventura y trabajo, no podíamos a causa de la multitud de gente que moría y que hasta que este tiempo que era
en el principio del mes de julio de 1599, se había procurado re enterrar la mas parte de los que morían de noche y Que nos se doblasen ni tañiesen las campanas. Y con todo no cesaba teníamos ya por mejor que toda la comarca lo supiese enteramente y nos socorriese con algunos regalos y dineros, porque era tanta la lastima de los pobres y verlos morir sin poderles valer a todos que aunque la justicia ( que a la razón era alcalde Julio Bueno y regidores Francisco Delgado y Jual de la Sangre y Sebastián Martin y Don Núñez procurador ) hizieron y pusieron mucha diligencia y principalmente el alcalde y Francisco Delgado que por todas las vías buscaban remedio. Y todos con gran celo de hayarle no me hayaban ni podían.
Quiso la majestad de Dios que ya que los rincones del lugar se acababan, la Villa de Almorox, teniéndonos lastima, y pensando la de nuestros trabajos, nos socorrio con algunos regalos y dineros, que fueron cuatrocientos reales y otros cien reales de aves y huevos, salio a recibirlo el cura y la justicia y alguna gente de la que tenia salud a la misma colinilla de San Sebastian cerca de las viñas ~~ilegible~~es

CENICIENTOS LA PESTE 1598 (I)


Notorio sea a todos los que en tiempos presentes y futuros leyeren este escrito, como presidiendo en la iglesia de Dios el Papa Clemente VIII y reynando en las españas Filipo III, corriendo los años del nacimiento de nuestro salvador y redentor Jesucristo de mil y quinientos noventa y ocho años, siendo señor de esta tierra y Duque de Escalona el marques de Villena Don Francisco Fernández Pacheco Cabrera y Bobedilla, y siendo Arzobispo de Toledo Don García de Loaysa y cura de la parroquial de este lugar Cenicientos, el maestro Francisco Arce de Valdivieso y Pedro de Arce su hermano y Pablo González de Galdeano Navarro, tenientes de beneficiados y parroquianos, Fráncico Ramos y Antonio González y Antonio Fernández, capellanes de la dicha (digo de la iglesia de dicho lugar) y sacristanes de esta Benito y Andrés Rodríguez, a los primeros días del mes de agosto de dicho año de 1598 años, fue la, majestad de Dios servida que comenzó una dolencia y enfermedad que fue de secas y carbuncos, que fue enviando y hundiendo poco a poco y muriendo dos mañana, otros dos otras veces, cesando unos días con lo que se fue pasando el año dicho de 1598 años y entrando el de mil y quinientos y noventa y nueve años.
Luego comenzó el dicho año de 1599, fue muriendo mucha mas gente y crecía la dicha enfermedad de cada día mas y mas, como se iba llegando el calor, hasta que entro el mes de julio. Fue tanta la lastima, estragos y aflicción, que en este tiempo fue creciendo, que todos, chicos y grandes no sabíamos ni decir nada, ni hacer otra cosa mas de clamar al cielo suplicando a su divina majestad nos mirase con ojos de misericordia.
Acordó el cura y los demás clérigos con todo el pueblo, hacer una procesión con la mayor devoción que se pudo, saliendo de la iglesia para nuestra señora del roble a donde en la misma ermita hizo el buen cura un sermón tal, como de tal ingenio y maravillosas letras se esperarntaia que bien hecho tener el amor y buen celo que tenia con sus pobres ovejuelas pues viendo que el voraz lobo de la muerte se las arrebataba y llevaba cada día de veinte en veinte, el postrero remedio y mas principal que tenia era gritarlas y vocearlas con las palabras sagradas de la doctrina evangélica, animándolos y esforzándonos a que nos amasemos con las armas cristianas, para que en la conquista y batalla de la muerte el demonio fuese vencido y desbaratado de sus acechanzas y pretensiones.
Hizo tanto efecto su doctrina y palabras, que todo el pueblo ( porque todo estaba, así grandes como pequeños que pudieron ir y que no estaban teñidos de la enfermedad) mostró tanta contrición y lagrimas , que nadie había que no tuviese en sus ojos dos caudalosas fuentes.
Acabado el sermón (que ablandaba al corazón que fuera mas duro que de diamante). Salió la procesión con buen orden sacando en ella la imagen de nuestra señora del roble; de allí se fue a San Sebastián y sacando su imagen en la dicha procesión fueron a nuestra Señora del Remedio y de allí y desde allí fueron a San Antón y desde allí se volvió a nuestra Señora de la Angustia y
Sangre de Jesucristo, de allí se vino a la iglesia por el tomillar de manera que la procesión~ ~(ilegible)... continuarà.

Cenicientos. La Peste en la Provincia Toledo a fines del XVI


Una ciudad frente a la peste:
Toledo a fines del XVI
Julián MONTEMAYOR
(Casa de Velázquez)






La peste y sus retornos periódicos hacen parte de la vida e historia
normal de las ciudades del siglo xvi. Este enfrentamiento regular del
organismo urbano con la enfermedad, planteé el problema de las medidas
a tomar. Es así que progresivamente se elaboraron una serie
de medidas y actitudes de lucha contra la epidemia. En Toledo, en
1506> la peste acosa fuertemente la ciudad, sin embargo, en 1597-
1602, cuando la máxima epidemia del siglo xvi, el corregidor de Toledo
puede declarar el 25 de abril de 1599 «Toledo a nuestro Señor
Las Gracias está sana, algunas pintas ha habido los mas se an librado.
. . »
Este escrito, sorprendente, si se compara con lo que pasa en otras
ciudades> como Córdoba 2, constituye por sí mismo una fuente de
interrogaciones a las cuales vamos a intentar contestar aquí> gracias
a la documentación del Archivo del Ayuntamiento de Toledo. Aparte
de los libros de Actas hemos tenido otras fuentes adicionales; cartas
y sobre todo el registro de deliberaciones de la comisión de la salud
durante la peste de fin de siglo. Este último nos ha permitido acercarnos
con más precisión a la acción municipal frente a la catastrófica
epidemia.
Situada en el centro de la red de comunicaciones de la Península,
cabe destacar de antemano que la situación toledana es excepcional.
El Repertorio de Caminos de Villuga es bastante claro al respecto.
A pesar del traslado de la capitalidad a Madrid después de 1561, la
proximidad de la Corte hacía que Toledo siguiera bien conectada
con los itinerarios de propagación de las noticias.
Varias fuentes proporcionaban información. En primer lugar el
número importante de mercaderes toledanos con relaciones en casi
todos los puntos del reino, permitía tener noticias de lo que sucedía.
Las relaciones de los jurados> y también de algún que otro regidor
con estos medios> hacían posible el paso de la información al Ayuntamiento.
La tupida red de las relaciones sociales de los miembros
de la oligarquía municipal venía a completar esta primera fuente de
informaciones. Es así que cl 17 de mayo de 1598> Diego de Ataola, secretario
de la Chancillería de Granada, de la sala de hijosdalgos, viene
a informar del estado de la salud al este de Toledo.
El Ayuntamiento podía> igualmente, tener acceso a la información
oficial gracias a los dos agentes que mantenía de manera permanente
en la Corte. A fines del siglo XVI alguien> como Juan Velluga de Moncada,
arbitrista en sus horas libres, se encargaba, por sus contactos
diarios con los secretarios reales o con los miembros de los Consejos>
de conseguir información sobre la extensión de la epidemia, así como
licencias para permitir a la imperial ciudad guardarse mejor. De este
modo un movimiento continuo de correos mantenía la ciudad en contacto
con el centro nervioso de la monarquía. Es así que las tablillas
que se ponen en las puertas de Toledo en 1598 son una copia de las
que se ponen en la Puerta de Segovia de Madrid, el 18 de mayo
de 1598~.
Por fin> cuando la enfermedad se acerca a pocas leguas de la ciudad>
Toledo manda sus informadores. El 2 de febrero de 1598> el regidor
Diego González de Herrera> va a Yepes para informarse secretamente de
dos personas conocidas> después va a Ocaña. El 13 de marzo, Hernando
Hurtado es enviado a Alcoba y a Villaharta, con órdenes precisas
«saver que enfermedad ay y quantos días dura y si mueren la mayor
parte de los enfermos y que accidentes y si son acongojosos y con
granitos y (que) color tienen los granitos y saber si ay otros lugares
mas datos donde sentienda que enfermedad y que personas an muerto
dos meses a esta parte. La qual dicha información han de hazer de
secreto ynformandose de algunos medicos de la comarca especialmente
de Ontanarejo, de Arroba donde ay medico y traer relación de todo
ello del dicho medico escrita de su mano». De este modo> como lo
vemos, la ciudad esperaba una serie de noticias pormenorizadas. En el
mes de junio las misiones de información siguen y el regidor Francisco
de Torres va a Escalonilla, a Burujón, para saber sobre la Puebla y a
Torrijos. Por su parte, Franscisco Ruiz de los Arcos visita Almorox, Pe-
Archivo Municipal de Toledo, libro de Salud (en adelante> AMT, 5), 18-5-
1598.
Una ciudad frente a la peste: Toledo a finales del XVI 1115
layos y San Martín de Valdeiglesias. Todos escriben con regularidad
al Ayuntamiento, indicando con muchos detalles su actuación para
conseguir una visión completa y certera de la situación.
Estas misiones de inspección son también cumplidas por los médicos
como Diego Anes de Mudarra, que visita el Molinillo. En muchos
casos los curas son testigos privilegiados a los cuales recurren los
emisarios toledanos.
¿Cuáles eran los resultados de este sistema informativo? El Libro
de la Salud de 1599 nos permite apreciar cómo la ciudad ve el desarrollo
de una epidemia.
A principios de 1598 la atención se centra sobre los puertos de
Laredo y San Sebastián.
El 16 de febrero se prohibe la entrada de Laredo> Santander, Cabezón.
El 23 de febrero de 1598 se sospecha de Yepes y Ocaña (testimonio
de Francisco de la Palma).
El 27 de febrero de 1598, 14 muertos en Yepes (misión a Yepes de
Diego Sánchez de Herrera).
El 13 de marzo de 1598: se añaden La Porcuna y Villaharta.
El 17 de mayo de 1598: La Puebla de Montalbán.
El 22 de junio de 1598: entrevista con gcnte de La Puebla de Montalbán.
Declaran 800 muertos en edad de comulgar> más 900 niños
y niñas, siendo la cantidad de personas adultas, según las matrículas,
oscilante entre 12.000 y 13.000.
El 24 de junio de 1598: el informe de Francisco Ruiz de los Arcos
levanta las sospechas sobre San Martín de Valdeiglesias.
El 7 de julio se publica una lista completa:
La villa de Santander y su barrio de fuera, Mogro, el valle de Camargo>
Puente Solía> Castro Urdiales, La Muñeca junto a Balmaseda,
Mioño, Samano, Obregón, Otañeza, Ambrosero> Herbosa, Cillero de
Bezana, Valdelateja, Rocamundo> Olleros en Valderredible, San Miguel
de Luena y San Andrés en el valle de Luena y Allendelagua, Cudón,
Cuchia, Cianca> Guarnizo, Cueto, Maliaño, Las Ventas del Caballar,
Cayón, Pero Bayón, Valle Descusa> Sobarzo, Liencres> Cilleruelo,
Consillo, Añozos, Boo, Mortera> Carusa, Los Cordoneros, Fresco de
Bariuso, Ribero, Escobedo, San Román de la Llanilla, Oruña, La Puente
de Arce, Liaño, Villanueba, Calahorra, «una legua del río Pisuerga», el
Valle de Aguayo, Hazas, Rasines, Miengo, Pricaves, Ojivar, Arenillas
de Huerta> jurisdicción de Saldaña, Cogollos, Melgar de Fernamental,
Padilla de Abajo, Aresinas del río Pisuerga, valle de Toranzo, Revilla
del Campo, El Pasaje, Bermeo, Eguersaca, Laredo, Colindres, Rentena,
Lequeitio, Pasilla de Arriba> Villasandino, Santa María de Arinúñez>
Ciérvana, San Salvador del Valle, Monco> La Mata, cerca de
Medina de Pomar, Villayzán, Villasidro, Villanueva de Odia, Tapia>
1116 Julián Monteinayor
Oñate, Solao, El Vellón> Cordobilla, Escalada, Arenillas> Aguilar de
Campóo y su tierra, Betanzos, La Coruña. El 30 de julio se añaden a
]a lista La Puebla de Montalbán, Navalcarnero, Robledo de Chavela,
Tordelaguna, Jódar y el Cortillo de Belmes en Santa Lucía. La primera
lista recoge las informaciones procedentes de Madrid> en ella aparecen
claramente las zonas contagiadas; costa Cantábrica con la Montaña,
el País Vasco y dos puntos de Galicia y Castilla la Vieja & wn
Burgos y Palencia. Los pueblos añadidos en la segunda lista corresponden
más a observaciones locales.
El 12 de noviembre se manda un regidor> Gaspar Suárez Franco,
a visitar La Puebla para ver si está sana y se puede abrir de nuevo
la entrada. Sin escrito en la ¿omisión del 23.
El 19, Casarrubios se añade a la lista (sin mucha razón, así que el
4 de enero de 1599 se autoriza de nuevo la entrada).
El 27 de noviembre llegan cartas de Lisboa: se prohibe la entrada
de Lisboa y de Bilbao.
El 3 de mano: se prohíbe la entrada de todo gallego, portugués>
pobre> asturiano, así como de los lugares de la Higuerta, Pelahustán,
Valmojado, Casarrubios de nuevo y tierra de Guadalajara.
El 1 de abril se recibe el informe de un médico que ha ido a visitar
el Molinillo.
El 16 de mayo el doctor Valle da nuevas noticias de Lominchar:
14 muertos en un semana de secas y carbuncos. El lugar pide ayuda
a la ciudad.
El 27 de sabe que Maqueda y Segovia están contagiados y que esta
ciudad ha alzado la feria.
El 29 el corregidor llama a más vigilencia y menciona el caso de
Fuensalida.
El 4 de junio Talavera, El Bravo y la tierra de Escalona son añadidos
a la lista.
El 6 de junio se manda un médico a Burguillos donde se ha declarado
una enfermedad contagiosa.
El 17, Escalona, Borox, Va]lecas> Getafe y Burgillos pasan a la
lista. En el día siguiente se sabe que los enfermos de secas de Burguillos,
a nueve kilómetros de Toledo, son ya más de 30.
El 19> de El Casar y la Torre de Esteban Hambrán, tampoco se
puede entrar en la ciudad.
El 17 de Julio, una nueva tablilla, esta vez impresa> se publica.
Recoge la mayoría de los pueblos de la lista del año anterior, los citados
y después añade: Oviedo> Portugalete de Portugal, Estella de Navarra>
Ayllón> Aranda de Duero> el Pedruco del condado de Treviño,
Quintanilla de Sangarcía, Coimbra, Monasterio de Rodilla> Gutierre
Muñoz> Zuratán, Medina de Pomar, Mena> Sevilla. En una última fase
se ponen a la mano los sitios siguientes: Tembleque, Alcalá de HeUna
ciudad frente a la peste: Toledo a finales del XVI 1117
nares, Hita, Trixueque, Cedón, Vitoria, Cabañas, Cadalso> Méntrida,
El Prado, Guimaraes, Oporto, Santarem, Portillo junto a Fuensalida,
Zapateros, Palomeque, Almansa, Cenicientos, Novés> Ontiveros, Brunete,
Valdemorillo, Guadarrama, San Silvestre> Torija, Mondéjar, Pastrana,
Fuentecaños, Villalón de Campos, Ocaña, Valladolid, Gelves,
Badajoz, Alonso Buhero, Torre> el Almendral, Lobón, Montijo.
La extensión que ha cogido la epidemia es considerable, tanto en
Castilla la Vieja> en la sierra de Guadarrama, como en Portugal.
El 28 de agosto, la enfermedad empieza a perder terreno; se abre
la entrada del vino de Burgillos y las medidas de seguridad se suavizan.
Sin embargo> 23 de octubre se prohibe recibir cartas de Játiva.
El 12 de mayo de 1600 vuelve la alarma y sigue en el mes de agosto
«... por las enfermedades que ay (...) en el reino de Valencia> como en
el de Granada> Andaluzía y otras partes». El 16 se precisa que Játiva,
Onteniente y Alcoy están tocadas.
Por fin> en 1601, el 30 de abril, se insiste sobre guardarse de Sevilla,
y el 7 de mayo se habla también de Sanlúcar y Santa María. En fin,
en mayo se prohibe la entrada de gente en Jerez, Marchena, Coria,
Gudalcázar, Alcázar de Guadaira, Carmena, Ecija, el Arahal, Osuna,
los lugares del Ajarafe> Morón, Millares, la Campana> Fuentes, Osuna,
Bujalance.
En 1602> Andalucía sigue atacada con Jaén, Ecija, Córdoba y su
campiña, y Granada (10 de abril de 1602).
Como se ha podido ver, en estos años la peste ha tocado todas las
partes con las cuales Toledo estaba en comunicación por su comercio.
Se ha podido constatar también cómo día a día la evolución de la situación
se conocía en la Imperial Ciudad. Tenemos ahora que examinas
como frente a eso y en el interior, el Ayuntamiento ha actuado
a lo largo de los años de peste.
El Ayuntamiento es el animador de la lucha contra la peste y toma
las primeras medidas. Tras haber recibido informaciones suficienteá
del peligro que acecha, designa una comisión. Esta Comisión de la
Salud reúne varios jurados y regidores bajo la presidencia X¿íécirregidor.
Ella toma las decisiones y salvo caso excepcional el Ayuntamiento
en pleno no discute más del problema de la epidemia. Los
comisarios reciben las informaciones y peticiones. Ellos las despachan
y deciden acerca de las licencias que se les piden. El control del
Ayuntamiento en pleno se ejerce e posteriori. Este se centra, sobre
todo, en los aspectos financieros de la acción. Por eso vemos en 1599
que es un regidor especilizado, Juan de Herrera> quien tenía a su cargo
los medios económicos de la lucha contra la enfermedad.
Las medidas importantes que adopta la comisión son después redactadas
en forma de pregón y presentadas al Ayuntamiento para
que dé su sanción y las haga úblicas.
1118 Julián Montemayor
La acción de las autoridades municipales de Toledo se orienta hacia
dos direcciones. Frente al exterior tiende a un aislamiento de la ciudad
con las zonas y personas contadas. Frente al interior, se trata de
impedir «la infición del aire» y el inicio de la enfermedad por causas
alimentarias. Esta política se encuentra testimoniada durante cada
alerta epidémica del siglo xvi. Aquí también el registro de la Comisión
de la Salud nos permite seguir con bastante precisión los mecanismos
empleados.
Es así que la primera decisión que se toma el 2 de febrero de 1598
es guardar la ciudad «de los puertos de Laredo y San Sebastián U - -) y
de los lugares que se dice no están sanos y que para la dicha guardia
comienzen a asistir en ellos los señores regidores y jurados desta Ciudad
». Para este efecto se hace la lista de todos los miembros del
Ayuntamiento y se establecen turnos para las guardias a los diferentes
puertos t Estas medidas de guardia selectivas se completan a medida
que el peligro va creciendo, por lo que el 31 de mayo de 1598 las disposiciones
se complementan:
— Sc hace una visita a los muros de la ciudad para cerrar los
portillos y otros puntos de pasaje.
— Se contemplaba la posibilidad de cerrar el arrabal de las Covachuelas
«para questen guardados».
Por otra parte, se constituye un cordón sanitario alrededor de
Toledo:
— Se ponen dos guardias a Lázaro Buey y se da facultad al corregidor
para señalar otros lugares. Se decide señalar «una benta
de Lázaro Buey adelante a donde aya un zepo e suelos e cadenas
para que sirva dc carzel donde sean llebados e puestos
los que binieren de partes sospechosas’>.
— Igualmente se impide el paso del Tajo barrenando las barcas
que «ay a la rredonda de Toledo».
Todo esto se acompaña de un sistema de pases y de certificados
para entrar y salir de la ciudad. Aunque sean personas conocidas se
necesita un testimonio de procedencia de lugar sano para entrar en la
ciudad. Para salir se recibe una señal que hay que devolver para poder
entrar de nuevo. Los únicos excluidos de estas disposiciones son los
pobres, que no pueden entrar «aunque traigan testimonio’>.
De este modo se tiende a construir un aislamiento dc Toledo con
las partes contagiadas del exterior. Para los toledanos viniendo desde
4 lbidem, 2-2-1598.
Una ciudad frente a la peste: Toledo a finales del XVI 1119
fuera se necesitaban disposiciones derogatorias. Por lo tanto, al mismo
momento se ordena una visita de los cigarrales y de las ventas
circundantes de la ciudad. Así se verifica que no sirven de refugio a
gente susceptible de estar contaminada. Por otra parte> se escogen
también varios cigarrales para acoger a los que esperaban su entrada
en la ciudad. El tiempo de observación es de más de 21 días> como
lo expresa Juan de Villegas> que pide la entrada después de haber ido
a curar los enfermos de Nominchal ~. Se le quita la ropa que trae la
gente así detenida y se le da otra nueva para entrar en la ciudad> naturalmente
después de un reconocimiento médico. Lo que se aplicaba
a los hombres tocaba> claro está> también a las mercancías que podían
entrar en la ciudad. Una de las primeras medidas en defensa, cuando
se tiene sospecha de Yepes y Ocaña> es la prohibición de entrada de

incluso las mercancías en tránsito no se pueden detener en la ciudad:
un Éenovés, Bonfante, tiene que pedir un permiso especial para
hacer alto ~.
De toda la clase de géneros que Toledo no quiere recibir> las telas
son objeto de una atención especial. En efecto, a más de ser un centro
de producción textil de gran importancia> la Imperial Ciudad
jugaba también un papel de redistribuidora de telas y paños de toda
clase. Por lo tanto> el control de tan importante actividad se imponía.
Además> como lo constatamos por el informe del médico Diego Anes
de Mudarra, se pensaba que uno de los «seminarios» de enfermedad
residía en los vestidos y las telas ~. De este modo> cuando la peste
toca La Puebla de Montalbán se insiste sobre la prohibición del comercio
de telas con ella. Cuando la situación vuelve a ser normal, se
hace una visita de las casas de la villa por enviados de Toledo acompañados
por el corregidor y un cirujano. Se cuida particularmente de
las casas de los laborantes verificando que en los telares están jerguillas
«recién puestas», tomando juramento de que no tienen «ropa
vieja» y que los materiales han sido traídos recientemente t
Se tenía también cuidado de que ninguna ropa vieja entre. El
comercio de viejas prendas> bastante próspero, dado el elevado número
de gentes sin grandes recursos económicos> como braceros> trabajadores
del campo, etc., levantaban muchas sospechas. El 25 de
Ibidem> 27-7-1602; AMT, Cartas> 1594, carta del 4-9-1599.
~ Ihidem, 2-2-1599.
7 AMI, Cartas, 1594.
8 Cf el doc. 1. Además, el 23-4-1594, el doctor Valle declara que Nominchal
«de traer cierta ropa de fuera se les ha pegado a todos los que se las vistieron’>
9 AMI, 8, 12-11-1598. -
1120 Julián Montemayor --
junio de 1599 se prohibe la entrada de la ropa vieja> principalmente
de cama.
Esta orden es la consecuencia de la presencia de mercaderes a
San Lázaro. Para más seguridad, cinco días después se mandan guardias
a caballo para la venta de Santa Ana a ver «que ropa se lleva en
la riachuela, quién lo lava y sí se comunican con gente de Burguillos»,
a la sazón infestado.
Al fin hay que señalar que esta búsqueda de aislamiento se aplica
también a zonas muy cercanas a la ciudad. De tal modo se imponen
restricciones de entrada a los labradores de Fuensalida, que trabajan
la dehesa de Portusa junto con los de Toledo: sólo uno que designan
puede entrar en la ciudad. Pero lo más significativo es la actitud de
gran desconfianza con la «gente de los cigarrales y barrio o arrabal
de las Cobachuelas, que era todo de moriscos y gente que ordinariamente
habían tenido trato en la dicha Puebla. Y ansi no habra seguridad
con ellos y podrían como viven en el campo recibir ropa y gente
y meterlo fácilmente en la ciudad» 10 Por lo tanto, se cierra muchas
veces la Puerta Nueva que da acceso a esos arrabales.
El aislamiento no es la sola medida que toma el Ayuntamiento.
Se trata también de impedir el nacimiento y el desarrollo de la epidemia
dentro de la ciudad.
Una de las primeras medidas consiste en la expulsión de la parte
sospechosa de la populación. Se trata, en primer lugar, de los pobres.
Cuando la peste está a las puertas de la ciudad se decide establecer
la lista de los de Toledo y mandar salir a los numerosos otros que
habían venido de afuera. Por este medio se trataba también de aliviar
el alhóndiga sometido por aquel entonces a dura prueba.
Del mismo modo se manda un regidor a los lavadores de lana para
que los capataces juren «cuantos hombres traen y esiban el libro de
sus jornales». Esto se completa con una visita de los hombres para
que se paguen a los que son de «lugares sospechosos’> y se les ordene
salir de la jurisdicción ~‘. Se atiende también a otros posibles focos
de enfermedad: las cárceles. Primero se visita la cárcel real, especialmente
a los pobres detenidos y se da de uno a cuatro reales de
limosna a los pobres verdaderos. Se pretende así, que, por una mejor
alimentación, se prevenga la enfermedad. No obstante, poco tiempo
después, aparece un detenido con secas y se decide liberar los presos
por deudas «que se den en fiado» ‘~. Esta medida, si vacía parcialmente
la cárcel de sus numeroros ocupantes, no consigue pleno
éxito. En efecto, Toledo era el punto de concentración de todos los
galeotes procedentes de Galicia> y de las dos Castillas> antes de irse
0 Ibidem, 7-7-1598> intervención de Juan Vellega de Moncada.
~‘ Ibidem, 441599.
12 Jbidem, 30-6-1599 y 9-7-1599.
esto no parece tener resultado y se plantea la posibilidad de
sacar los galeotes fuera de la ciudad. El 18 de agosto de 1599 por
fin se decide que «atento que en la cárcel hay poca salud se cumpla
lo proveido y que se saquen al castillo de San Zerbantes los galeotes.
Y que den 600 reales que dio el. limo> para esta limosna, entren en
poder de Francisco de la Palma. Y tenya cuidado de los proveer y socorrer
de lo necesario medicinas que hubiere menester». El 5 de diciembre
de 1599 se insiste sobre la «necesidad grande que hubo de
sacar a los dichos galeotes de la cárcel (..) pa que no pereciesen
todos».
Para que la peste no brote en Toledo el Ayuntamiento cuida también
la alimentación pública. Una buena y abundante comida estaba
considerada en efecto como remedio contra la epidemia. Para este
propósito el alhóndiga desempeña un papel fundamental permitiendo
asegurar una ración de pan a un precio asequible. Esto suponía
una empresa difícil, dado la importante población de la ciudad. Las
dificultades eran aún mayores en tiempo de epidemia. Esto se hizo
patente el 9 de septiembre de 1599 cuando rumores se han corrido
que Toledo está contagiada. Entonces los lugares donde Toledo se
proveía se guardan de ella. El pósito se encuentra sólo con 2.500
fanegas de trigo, o sea sólo con doce días de reserva. La gravedad de
la situación conduce los regidores a escribir al consejo real para
obligar los lugares los más próximos a vender SflOO fanegas. Esto
se completa los días siguientes por embajadas a las villas y lugares
con quien se tienen relaciones estrechas. Por ejemplo, el 11 de septiembre
el regidor Lorenzo de Mazuelas y el jurado Gerónimo de Toledo
van para Almagro a procurar «se abriese la entrada».
Este gran esfuerzo para proporcionar una alimentación abundante
se acompaña de una vigilancia estrecha de la calidad de las comidas.
Es así que se prohíben en 1565, 1584 y 1599 los pescados en
escabeche que con el calor eran susceptibles de corromperse y de
afectar el aire con ellos, como se pensaba. El 13-8-1599 se prohíbe
la venta de melones después de las diez, «so pena de perder lo que
se vendiere». También se impide vender leche que se puede perder
con el calor. En fin> los productos alimenticios procedentes de zonas
infestadas no se dejan vender bajo ningún concepto. Esto afecta los
conejos y la caza que viene de Mentrida y Casar de Prado como se
avisa a los obligados de conejos ‘~. Tampoco se deja entrar ni vender
en la ciudad el vino que producen los herederos de Toledo cuyas tierras
se encuentran en lugares apestados. El consejo de los médicos
Ibídem, 15-7-1599.
1122 Julián Monteniayor
que asesora la comisión de la salud está al origen de tales decisiones
y prohibiciones. Esto queda bien claro el 21-61599 cuando se decide
«que el pan nuevo no se cueza ni coma atento que es dañoso
para la salud y lo dicen los medicos’>.
Naturalmente> también se toman medidas para el agua, eterno
problema de Toledo. Las instrucciones al respecto para los azacanes
son precisas y no dejan lugar a dudas; hay que coger el agua fuera
de la ciudad: «que ningun azacan fuera osado de cargar agua para
vender si no fuere del rio llano. Y los que cojen agua junto a la
puerta del Cambron y vistillas de San Agustin vayan todos a henchir
a la otra parte de la puente de San Martin e los que traen agua del
edificio del agua e del barco hayan por ella fuera de la puente de
Alcantara, de la otra parte della donde se les señalara. - - » t
Se cuida también un poco más la higiene de las calles de la ciudad.
Los libros de Actas de los años de peligro epidémico abundan
en órdenes de barrer la calle y de limpiar los muladares que en tiempo
normal proliferan en todas las partes de la geografía urbana. Lo
que trata de conseguirse es que el aire no se corrompa. Esta preocupación
está presente en las otras medidas que se toman. El 12 de julio
de 1599 se hace constar que la ciudad tiene por costumbre de hacer
las mudanzas para el día de Nuestra Señora de agosto. Como la
región está enferma y que no hay que despertar la epidemia por grandes
movimientos el 14 de agosto se publica un pregón según el cuál:
«desde hoy en adelante se guarde o se amparen a los vecinos para
que no se muden asegurando a los duenos los intereses de sus casas
e a estos se les deja su derecho a salvo con los dueños de las casas
para que lo pidan como les convenga’>.
Del mismo modo se suprime también las almonedas que tenían
lugar en la plaza del Ayuntamiento. Cuando Juan de Burgos el 18-7
1599 solicita el permiso de hacer una, como albacea de Alvaro de
Benavente los regidores le mandan esperar 15 Además de las razones
ya referidas se trataba quizás también de evitar agrupamientos de
gente.
Las medidas que hemos expuesto hasta ahora son, como lo hemos
visto, fundamentalmente preventivas. Se trata de impedir la entrada
del mal o su nacimiento dentro de la ciudad. Para la cura se
aprovecha y se potencia el número importante de hospitales que
ya existen. En el verano 1598 se distribuyen más camas a varios de
ellos como son el hospital de la Misericordia, el de Santa Cruz, el
de San Nicolás y el de San Juan Bautista. Hay que notar que la
iglesia y algunos ricos particulares, como el regidor Fernán Franco>
‘4 íbidem, 31-5-1598.
~ AMT> Cartas> 1594.
Una ciudad frente a la peste: Toledo a finales del XVI 1123
ayudan dando camas ~. El Ayuntamiento se encarga de distribuirlas
y con la prolongación del azote epidémico> llega a organizar en casa
de Torres, ordinario de Madrid, un verdadero depósito para hacer
frente a lo que pudiera suceder.
Sin embargo, es afuera de la ciudad que los esfuerzos mayores se
hacen. Como las medidas tomadas que ya hemos visto, lo dejan suponer
es al exterior de los muros que se ha decidido curar los enfermos
de peste. El registro de la comisión de la Salud deja ver claramente
la evolución y el perfeccionamiento de las disposiciones que
se van tomando durante los cuatro años en que la peste acecha.
A principios del verano 1598 se pone una «Casa de la Salud» en
los Palomarejos, al lado de una venta cercana de Toledo. En un primer
momento los enfermos y convalecientes están juntos. Pero el 8
de julio los médicos piden que se separen los unos de los otros.
El año siguiente, cuando> con el calor, se produce un segundo máximo
epidémico, el número de casos aumenta de tal forma que hay
que llevar los enfermos a San Pedro el Verde con sus camas y para
ello se contratan a varios ganapanes”. Rápidamente las cosas cogen
un carácter más grave> ya que ihay que separar los enfermos de secas
de los otros. Estos últimos se mandan a Palomarejos. Por fin> la
epidemia rozando la Imperial ciudad> se toma la decisión de poner
la Casa de la Salud en el Hospital de San Lázaro> reservado habitualmente
para la cura de los tiñosos: «atento que van creciendo los
enfermos (en numero y que en) el hospital de la Salud ques la venta
de San Pedro no caben mas de 50 camas apretadas mucho> E questos
dias que son Domingo e Lunes> atento que hay sobre 100 enfermos
e habiendo sido ynformados de los medicos que bastaban estar
tan apretados; e para morirse aunque no tuvieran otra enfermedad
de estar descubiertos al sol. Y aunque la comision dejo haber alli
comodidad con unos colgadizos que comenzaron a hacerse para que
cupiesen se fue entendiendo ser de mas incombeniente. E visto la
importancia ques poner cobro y remedio en la dicha enfermedad de
los vecinos que viven dentro en las murallas. E habiendose hecho
muchas juntas pa holgar sitio e lugar conviniente no se hallo otro,
habiendo tomado parecer de medicos y alarifes, sino fue el hospital
que llaman San Pedro atento la fabrica del e ser acomodado para la
dicha enfermedad e cura> e que la dicha ciudad cuando quiso hacer
el espital general allí gasto muchos ducados de sus propios e advitrios
en la dicha fabrica» 18 Después de esta decisión se construye
allí una enfermería con puertas a la Vega se da una «casa capaz» para
los niños tiñosos y su retor.
16 AMT> S, 22-7-1598.
17 Ibidem, 15-7-1599.
1124 Julián Monte>nayor
Se encarga también a Lázaro de la Peña buscar sillas de manos
para que «desde que comience (el) anochecer haga pasar todos los
enfermos de la Casa de la Salud de San Pedro el Verde (a San Lazaro)
(.. -) e todo lo demas questa en la dicha Gasa de la Salud».
Habiendo encontrado por fin un lugar adecuado el Ayuntamiento
se encarga de buscar personal para atender a los enfermos, ya que
hasta aquel momento San Lázaro sólo cuenta permanentemente con
un cirujano, el licenciado Jurado. Se acaba contratando al licenciado
Gutiérrez. El 17 de agosto de 1399 se ordena poner el acuerdo
entre éste y la ciudad por escrito ‘ donde el escojiere, a su costa con que no sea propia de
la persona que la viviere. E se entiende que no ha de curar cirurgia
sino de medicina ques su arte (.) y que no ha de curar otra persona
que no fuere del dicho hospital». El salario está a la altura de los
riesgos; siete ducados por día. Además el licenciado Francisco Gutiérrez
consigue que se añada una cláusula por la cual tocara tres
ducados y medio durante todos los días en que no podrá entrar
en la ciudad después de la cura. Se le ponen medios materiales a
su disposición: dos sillas de manos cubiertas de angeo y cuatro ganapanes
para traer los enfermos. También la ciudad ha recibido
del doctor Zamudio de Alfaro «cien cuerpos de los libritos de su
parecer impresos> para la cura de los enfermos».
Naturalmente se piensa también en los socorros espirituales. El
21 de agosto se decide dar dos reales por día a Juan de Castro e]
clérigo que administra los sacramentos en el hospital. Esto> además
de los cinco reales y medio que le dan los curas de la ciudad.
Cuatro días antes> a un nivel más amplio, ante la progresión de
la enfermedad, el Ayuntamiento se había preocupado de conseguir la
protección divina para la ciudad. En efecto> había considerado que:
«atento a que, es justo que en esta otava de Nuestra Senora se acuda
a suplicar a Nuestro Senor por la salud comun de toda esta ciudad e
de los enfermos della> se pida a los conventos de los frailes (. -)
digan visperas, primeras y completas y maitines. Y el dia siguiente
digan las horas menores hasta nona> e la misa mayor, y la misa
mayor de la fiesta de la Asuncion de Nuestra Señora suplicandole
sea intercesora por la salud comun de esta ciudad» ~. Se nombran
regidores y jurados para concertarse con los conventos y ofrecer «la
~‘ íbidem, 17-8-1599.
Una ciudad frente a la peste: Toledo a finales del XVI 1125
limosna que quisieren llevar». Esas rogativas tuvieron lugar en los
conventos de San Pedro Mártir> San Juan de los Reyes> la Santísima
Trinidad, La Merced> Carmelitas Descalzas, San Bartolomé de la
Vega, Descalzos Franciscanos y en la Compañía de Jesús.
El Ayuntamiento de Toledo no se limitaba a tomar medidas contra
la peste para la ciudad> intervenía también activamente en la lucha
contra la epidemia en las aldeas y lugares. En esta acción aparece
la red de solidaridades entre la ciudad y su campo pero también el
control urbano sobre los pueblos circundantes. Ya hemos visto que
la ciudad manda informadores en toda su región. Estos no se contentan
con esta tarea y transmiten las peticiones de los pueblos que
visitan. Entre ellos la necesidad de ayuda médica aparece frecuentemente
y Toledo contesta favorablemente sobre todo cuando se trata
de pueblos de su tierra. De este modo van varios médicos a tratar
de dar un alivio. En 1598 el doctor Mudarra visita el Molinillo 21 Al
mismo tiempo el doctor Valle aconseja Nominchal para que escriban
a Toledo y <‘se les diese licencia de traer medico que les cure y medicinas’>
~. EL 30 de mayo se manda un médico para informarse de
las necesidades y el 4 de junio se envían 40 fanegas de trigo a dos
ducados cada una> precio de venta a los panaderos de Toledo, más
400 reales para comprar medicinas. Uno de los hermanos del hospital
del Corpus Christi se va también para curar los enfermos. Por fin>
el 11 de junio el Ayuntamiento interviene acerca del deán para que
el cura propietario de Nominchal vaya a dar la confesión a su
pueblo.
Poco tiempo después la enfermedad se declara en Burguillos, a pocos
kilómetros de la ciudad. Se decide ayudar sin dilación a la vez que
se pone alrededor del pueblo un cordón sanitario y que se cierran
todas las ventas del camino Burguillos-Toledo. Uno de los elementos
principales del socorro que se manda es el trigo. En efecto, se escogen
dos panaderos para proporcionar cuatro fanegas diarias de
pan cocido «y a de ver con que ni el que lo llevare ni el que lo recibiere
no se han de hablar ni comunicar mas de que a la vista se
lo dexe y el otro lo recoja» W Se toman las mayores precauciones posibles.
A pesar de estar fuera de la jurisdicción de Toledo, la Puebla de
Montalbán recibe también ayuda de Toledo quizá por las relaciones
comerciales. En una entrevista en la dehesa de Noalles a media legua de
la Puebla con un enviado de Toledo, el representante de la villa pide
2.000 ducados porque los ricos «se hallaban en necesidad de dineros
pa cojer sus panes y se sustentarse». Esta falta de liquidez se atri-
buye a las limosnas hechas a los pobres y a la «falta de orden para
vender sus frutos». Contestando a la petición de la Puebla> y atento
que el cabildo catedral va a ayudar con LOOO ducados> el Ayuntamiento
decide hacer lo mismo 24
Sin embargo> esta ayuda no se realiza a fondos perdidos. El concejo
y regimiento de la Puebla tienen que firmar escrituras obligándose
a la paga para San Andrés con 500 maravedís de salario al
cobrador, con comisión a la justicia real de Toledo y a los alcaldes
de Casa y Corte. Por otra> se designan personas particulares como
fiadores.
Estas condiciones son también las que acompañan las diversas
ayudas que la Imperial ciudad presta a su tierra. Se mantiene el control
sobre el campo circundante.
Esto se manifiesta también en las advertencias y órdenes que
se mandan a Los Yébenes, Orgaz, e incluso a Aranjuez, para que se
guarden de los mismos lugares que Toledo.
Como se ha podido ver> el sistema de defensa de Toledo contra la
peste es complejo y completo y el Ayuntamiento es su animador.
Cabe preguntarse ahora qué problemas se han planteado para su
funcionamiento y las consecuencias que ha tenido el episodio epidémico
sobre la municipalidad.
Se ha visto anteriormente la amplitud de los esfuerzos que Toledo
ha tenido que desarrollar para asegurar una alimentación suficiente
a la población> cuidar del funcionamiento de los hospitales y
ayudar a la tierra circundante. Esto suponía una serie de gastos
considerables y, por tanto, necesitaba unos recursos en proporción.
La prolongación del alerta hizo necesario> después de examinar lo
que podía sobrar de los derechos de la legua y de los Millones, imponer
un arbitrio de medio real por carnero y un cuartillo por oveja
para pagar los gastos. La decisión se toma el 22 de agosto de 1599
y el dinero iba a faltar a contar del día siguiente 2$ Estas dificultades
de la hacienda municipal se producen en el momento en que ciertos
ingresos de los propios como la «red del pescado» o la «casa de la
mancebia” se encuentran en baja por causa de la peste (prohibición
de entrada del uno y falta de frecuentación de la otra).
Las haciendas particulares sufrieron asimismo de la peste por
causa de las prohibiciones que afectan al comercio. Varios han sido
mencionados ya, pero hay que añadir la supresión de la feria de Segovia
en 1599 y el mismo año la prohibición por el corregidor de
Cádiz de la exportación de los bonetes a Berbería sólo cliente de este
género de mercancías. Tal embargo suponía una pérdida grave para
~4 Ibídem, 22-6-1599.
~ Ibídem, 21-22-8-1599.
Una ciudad frente a la peste: Toledo a finales del XVI 1127
un sector importante del artesanado toledano, ya que «los dhos bonetes
(..) dentro de un ano como se hacen> si no se usan se pierden
y apolillan con los calores del verano, y con la humedad del imbierno
se manchan...» ~. Amplias capas urbanas se enfrentaron con problemas
serios de trabajo y subsistencia.
La prolongación de la epidemia tuvo consecuencias para el funcionamiento
del sistema de guardia de la ciudad. Se había acudido un
tiempo sólo a los miembros del Ayuntamiento y «gente principal
y de confianza’> pero «la gente desa ciudad tenia por casa muy pesada
la dicha guarda y buscaban escusas y cosas fingidas y simuladas
para escusarse. Y cuando iban> muy tarde y a deshora y lo que peor
era que como no guardaban siempre unas propias personas no conocian
la gente’>. Por eso el 7-7-1598 ¿Juan Velluga de Moncada propone
emplear gente pagada. Esta solución se abandona rápidamente a causa
de su costo importante. Se vuelve a la solución primera pero las
repeticiones de órdenes de guardia durante todo el tiempo de la
epidemia demuestran cómo se relajaba la vigilancia. De hecho fue
sólo cuando las pujas estacionales de mortandad que Toledo se guardó
bien.
Cabe preguntarse a qué se debe el éxito relativo que tuvieron esas
medidas de seguridad. Como lo vemos por los anejos que publicamos
poco se puede atribuir a la medicina curativa de la época> aunque
los medios toledanos hayan actuado lo mejor que pudieron. Si hay
que tener en cuenta las condiciones internas a la propagación de la
enfermedad, la sistematización del aislamiento de Toledo puede ser
también uno de los elementos explicativos. Cierto es que este sistema
no era nuevo ni original y que para ciudades como Córdoba fracasó.
Sin embargo, el sitio de Toledo y en tiempo de amenaza el rigor con
que se aplicaron las medidas puede ayudar a comprender su éxito ~.
Por fin> hay que recordar que es con tiempo que la ciudad estaba
avisada de la llegada de la enfermedad y que se encontraba también
protegida por el cordón sanitario de la Corte en Madrid que, en este
caso, benefició a la Imperial ciudad.
2> AMT Cartas> 1594.
27 FORTEA PÉREZ, ob. cit. El 29-5-1599 el corregidor declara.-” (la guardia) se
vio el año pasado de que fue notable remedio y que se ponga carecí para poder
tener aparte a los que no guardaren los bandos y ordenes que Toledo diere».
1128 Julián Montemayor
APENDICE DOCUMENTAL
1599, abril, 1.
Informe del medico Diago Anes de Mudan-a (extractos)
AMT, Salud.
Peste es enfermedad vulgar comum, pessima y perniciosissima, de sordida
y profunda putrefaccion que contiene en si seminarios de profundo
contagio. Y es lethal matando a todos o los mas que da. Y es contagiosa
pegandose siempre de unos en otros. Hay cuatro especies de ella> de las
tres no hay agora necesidad que al presente se trate, sola la una hace
nuestro proposito porque es la que habra como tres anos empezó en
Vizcaya y se ha extendido por muchos pueblos de España hasta la Puebla
de Montalban y otros pueblos. La cual es de seminario pestilente inserto
en los vestidos o habitaciones. Nace y proviene de cualquier genero de
peste> pegáse a los que usan de los vestidos de los apestados o habitan
donde hay este maligno seminario.
Tiene estas señales que juntas todas son pathogmonicas (sic): fiebre
no intensa aunque desasosiega el enfermo en gran manera con angustias,
vomitos morfos y fatigas en el estomago> lengua negra o de vario color>
urina tenue aguosa o turbia subingual> excrementos hediondissimos, sin
gana de comer, sudor sin alivio> expiradon hedionda con dificultad> dolor
grande de cabeza, unas veces adormecido otras veces esvelado; pulso con
poco calor debil y desigual, en el cuero exteriormente salen pastillas y
manchas como de viruelas de mal color, arribancos, landres, incordios>
cualquiera de estos con dolores intensisimos.
En todos los enfermos que yo he visitado mientras asisti en el dicho
lugar y en los enfermos que había de mes y medio antes, se prueba por la
informacion hecha no haber habido tal enfermedad. Ni por las señales se
colige genero alguno de sospecha de ella ni de mal contagioso. Y los que
habian muerto antes se prueba que fueron otras enfermedades comunes
en todas partes como dolor de costado> anginas> inflamaciones del rostro
que son alombros, y de cojos y tercianas y calenturas continuas. Las cuales
enfermedades en todas partes sin contagio y sin sospecha en quinze
días no murío persona grande ni pequeña. Destos quinze dias asistí y visité
a los enfermos siete dias> todos sanearon. En ninguna casa de los muertos
murío otra persona aunque con los muertos trataron y menearon curándolos.
Y despues de muertos sus familiares durmieron en sus camas y se
vistieron sus vestidos. De todos los que sanearon y se murieron se prueba
que ninguno tuvo exteriormente señal de peste asi como son carbuncos>
postillos, secas ni landres. Los mas que murieron eran varones: en peste
suelen morir los más hembras y niños.
(Las enfermedades en los dos últimos meses) han sido dolores de cos-
NR Se ha modernizado la orthographia de] documento original.
Una ciudad frente a la peste: Toledo a finales del XVI 1129
tado y anginas; murieron algunos en pocos dias porque segun se prueba
en la información eran los mas achacosos y morbosos y enfermizos de
todos los del pueblo (..) Añadese a esto que para morir se dieron grandes
ocasiones también que no los visito medico porque no le tienen jamas en
el pueblo. Ni envian los mas por relacion o por pobres o por mal acostumbrados
como nos a sucedido estando por alli, que un vaquero vino del
campo con un grandissimo dolor de costado; y a otra muger la dio erysipela
que dicen albombra en el rostro; que son enfermedades que necesariamente
requieren sangrias mas que otras. Y aunque yo les mandava
sangrar no querian sangrarse por lo cual avise que los alcaldes le compeliesen
y se hallasen delante para sangrarlos como se hizo. Y la muger
sanó luego, y el hombre> como me vine> quedo en la fuerza de su enfermedad.
Muchos de los muertos> desta manera se prueba que no quisieron
aprovecharse de sangria (..); otros remedios ni alli los tienen y muchos
no envían tres leguas de alli por cosas y beneficios de botica, llegan tarde>
con mala sazon, y maltratados. Y aún donde hay medicos y se aprovechan
a tiempo de medicinas de botica, y no hay las malas aguas> y aires y mal
sitio que alli hay> vemos cada dia morir en breve por la gravedad de las
enfermedades. Y ansi no hay de que se admire y alborote nadie de los que
murieron, como se alboroto un medico de aquella comarca; que> morian en
breve algunos y se le puso en la cabeza que era peste, por no saver o advertir
que es peste y que senales tiene. Y ansi dejo una recepta en el dicho
lugar del Molinillo como para apestado que en medio de fuera de la gran
peste de la Puebla de Montalban no se podia dejar ni ordenar mas remedios
de peste. Este medico lo alboroto y causo desta manera la mala
fama que ha avido de peste dejando la dicha recepta alli firmada de su
nombre; que la informacion trae, mas para que conste donde nacio y se
estendio esta fama de peste. Hizo otro daño este medico, que en las Ventas
con Peña Aguilera donde visita, y en Menasalbas donde vive> avisó a la
justicia se guardase publicamente de los del Molinillo. De lo cual les han
venido muchos daños porque como el pan y vino traen de fuera> no lo
han hallado ni los han dejado entrar en puchlo alguno para comprarlo.
Ni han podido comprar ni vender para tener dinero; fuera destó, los gastos
que en las averiguaciones han hecho.. -
2
1599, abril, 23.
Instrucciones del doctor Mudarra para remediar la enfermedad en el Molinillo.
AMT, Salud.
— Regar con vinagre las calles y las casas. todas mañanas y las noches
hacer grandes humarados o hogueras de romero, cancueso, tomillo
y almoradux y enebro; y esto que dure casi toda la noche hasta por
la mañana se rieguen con vinagre las calles como dicho esta.
— Que no se hagan juntas en que se comuniquen unos con otros sino
que se hablen a diez pasos de distancia por lo mas.
1130 Julián Montemayor
— Que en una casa que se hubiere muerto algun enfermo o estuviere
malo no entre persona ninguna> sino que la casa se cierre; y la
ropa toda ella se queme sin quedar cosa ninguna, ni coman en los
platos y vasijas que hubieran comido ni beban.
— Que cada uno en su casa ha de apercibirse con una albornia y vinagre
con mucha juncia dentro de que huela toda la casa a ser
posible; y traigan debajo de la tetilla izquierda un pedazo de solíman>
a ser posible.
— Que enramen las calles con juncia, cantuesa y tomillo y alboradux.
— Que no coman cosas de pescados salados porque los tengo por sospechosos;
sino que coman pescados frescos> o huevos; y caza> que
para esto les doy licencia de comer carne a falta de lo que tengo
dicho.
— Que todos cuantos cayeron enfermos el primer día tomen 4 onzas de
este jarabe que taeran de la botica; y tengan el regimen de purgados
con el tomando dentro de dos horas una ascudilla de caldo; y comiendo
dentro de otra hora de como comieren el caldo> o a la hora
de las diez. Y el caldo se de ave
— Y las gargantas y partes donde salieren las seqillas se unten con el
ungento que también se traeran de la botica; y con otro unguento
que traeran de mas deste de por si> les unten a todos el corazon:
Guarden en todo el mejor regimiento que pudieren y Nuestro Señor
les de la salud que puede> que es la verdadera salud.
Las disposiciones para de-volver el hospital de San Lázaro a su destino normal
después de la epidemia.
Salud.
— Que se suele todo lo questa desolado en la iglesia y que adonde se
enterraron difuntos de secas y sarbuncos en la dicha iglesia no
se vuelvan a enterrar difuntos que no pasen primero> seis o ocho años
porque las sepulturas no se hicieron hondas> como por que la tierra
es alcacen y gasta poco los cuerpos.
— Que las salas adonde se curaron los enfermos de secas y carbuncos
se quiten todos los ladrillos manchados de gomitos de los enfermos
y se hechen otros ladrillos; y los que de aIli se sacaren no se aprovechen
en parte alguna sino sea primero quemandolos de la manera
y como quando se hacen de nuevo de sus hornos. Y se laben los
suelos son vinagre y se saumen las salas con romero y enebro y
otras cosas olorosas; y después se blanqueen de cal.
— Que unos camaranchones que hay en lo alto se taibiquen por que no
se pueda bien ventilar y el suelo se labe con vinagre y se desuellen
los ladrillos manchados y se blanqueen las paredes de cal.
Una ciudad frente a la peste: Toledo a finales del XVI 1131
— Que todo lo que esta en efermeria baja que sirvio para los enfermos
de secas y carbuncos como son los andos y otras cosas se quemen;
y se lave la enfermería con vinagre el suelo> y se saume, y se blanquee
de cal.
— Que se cierre una puertecilla que sale al cimenterio donde enterraban
los difuntos porque los niños salian por alli.
— Quel refitario adonde estuvo el hato de los que se morian entre
tanto que se llevaba a quemar se desempere y se vuelva a empedrar
de difíerentes ladrillos> no del mismo> e se blanquee de cal.
— Que se traiga el suelo adonde estaban los cuerpos de los difuntos
entre tanto que morian otros y caida la tierra que se saque e se
heche fuera de casa en el campo.(continuará).