CENICIENTOS LA PESTE 1598 (II)
Los mas ansi hombres como mujeres y niños iban descalzos llorando y clamando a Dios nos mirase con ojos de misericordia. Hizose esta procesion a fin de Junio. Todavía el justo Juez viendo que nuestras culpas y pecados merecían innumerables castigos quiso como padre de misericordia (moderar) moderarlas con mostrar un poco el rigor de su justicia, no quiso que cesase, antes permitió que la dolencia y enfermedad fuese mas adelante, de tal manera que a poxos días ya no había padres que pudiesen valer a los hijos, ni hijos a padres, ni marido a mujeres y niños, ni mujer a marido, ni hermanos a hermanos ni vecinos a vecinos , todo era lloros, todo era gemidos todo confusión y más que el amor no valia, porque por mucho que tuviese con el enfermo nadie no osaba a llegar a valelle ni curalle.
A los difuntos no había quien los amortajase ni enterrase. Llenose la iglesia de una parte a otra de cuerpos y ya que no cupieron mas •en la iglesia enterraron en el cimenterio Solo se procuro que de las puertas abaxo no se enterraran, ya que en el cimenterio no cupieron mas se llevaron a nuestra Señora del Roble y a la Magdalena , hasta este tiempo que he dicho, que es fin del mes de junio.
Poniase todo el cuidado posible en que no se supiese por la comarca, porque no nos dejarían salir del lugar ni comunicar con lo pueblos, principalmente con Toledo que a los tratantes en lana, que a la razón había muchos, no dejaban entrar a vender su ropa ni a otra persona alguna y puestas muy graves penas, contra el que se atreviese a entrar, Crecía en tal manera la lastima y con ella la fama que a pocos días no solamente nos impedían la entrada más en Madrid y en Escalona y en toda la tierra y comarca y donde quiera que llegaba la noticia de la ruina y destrucción de este pobre lugar pues viendo que por mucho que se quería disimular nuestra desventura y trabajo, no podíamos a causa de la multitud de gente que moría y que hasta que este tiempo que era
en el principio del mes de julio de 1599, se había procurado re enterrar la mas parte de los que morían de noche y Que nos se doblasen ni tañiesen las campanas. Y con todo no cesaba teníamos ya por mejor que toda la comarca lo supiese enteramente y nos socorriese con algunos regalos y dineros, porque era tanta la lastima de los pobres y verlos morir sin poderles valer a todos que aunque la justicia ( que a la razón era alcalde Julio Bueno y regidores Francisco Delgado y Jual de la Sangre y Sebastián Martin y Don Núñez procurador ) hizieron y pusieron mucha diligencia y principalmente el alcalde y Francisco Delgado que por todas las vías buscaban remedio. Y todos con gran celo de hayarle no me hayaban ni podían.
Quiso la majestad de Dios que ya que los rincones del lugar se acababan, la Villa de Almorox, teniéndonos lastima, y pensando la de nuestros trabajos, nos socorrio con algunos regalos y dineros, que fueron cuatrocientos reales y otros cien reales de aves y huevos, salio a recibirlo el cura y la justicia y alguna gente de la que tenia salud a la misma colinilla de San Sebastian cerca de las viñas ~~ilegible~~es
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