Los Vettones son mencionados por autores como Estrabón, Plinio o Apiano en el contexto de los enfrentamientos contra los romanos. Estos autores los describen como un pueblo belicoso Sin embargo, ninguno de estos autores mencionó las costumbres cotidianas de estas gentes. Lo que sabemos sobre la forma de vida de los vettones, pues, procede básicamente de restos arqueológicos encontrados en poblados y cementerios.
Las viviendas se distribuían en su interior de acuerdo con un urbanismo sencillo, probablemente el ganado también se encerraba allí. Eran de planta rectangular y constaban de varias habitaciones. Estaban construidas con zócalo de piedra, alzados de adobe y techumbre de madera y ramaje.
Junto a sus castros, cementerios y orfebrería nos han dejado los llamados verracos, esculturas que representan toros, cerdos y jabalíes que jalonaban el territorio. Se encuentran cerca de los castros o de los cementerios, o en las zonas de pastos de mejor calidad. Por ello se cree que se colocaban para indicar los límites de los poblados, cementerios y territorios y que, de forma simbólica, también protegían el ganado. Existen gran diversidad de formas y tamaños.
Los castros más antiguos datan del siglo V a. de C. A partir del siglo III a. de C. las defensas de los castros se vuelven cada vez más complejas: las murallas son reforzadas por torres y bastiones. Ante ellas se disponen fosos y campos de piedras hincadas. Los verracos son expresión del arte de este periodo.
Algunos castros son abandonados con la conquista romana; otros perduran o bien son reocupados incluso hasta época visigoda.
Los verracos son sin duda los elementos de piedra mas característicos de la edad del Hierro, hasta el punto de haber dado nombre a toda la cultura: "de los castros y verracos", formaron parte de los pueblos vettones. Pasan de un centenar los encontrados en la provincia de Ávila, aunque no todos se encuentran actualmente en ella.
La función de estas esculturas ha sido muy debatida, y puede tratarse tanto de monumentos conmemorativos de victorias, como tener significados mágico-religiosos de protección y reproducción del ganado.
Otras pudieron tener sentido funerario, como parece demostrar las esculturas que aparecen asociadas a piedras con cavidades, a modo de tapas de las tumbas, pero se ha señalado que estas esculturas pertenecieran a las élites vetonas romanizadas, y otros con inscripciones funerarias.
Las últimas investigaciones, señalan que, sin excluir las anteriores investigaciones, estas esculturas pudieron tener además, un valor económico. Ya que la mayoría de las que se conservan in situ, excepto las que están en poblados, se localizan cerca de buenos prados, pastizales, puntos de agua, además de estar ubicados en lugares con muy buena visibilidad. Quizá pudieron funcionar como señalización de buenos pastos, recursos como agua. Para entender mejor esta explicación se debe tener en cuenta el gran coste que supondría para estas sociedades la realización de las esculturas, tanto el esculpirlas como el colocarlas.